Hemos pasado en unos pocos días de una borrachera bursátil a una resaca de los mercados internacionales. De una tendencia alcista nunca vista a una decepción generalizada.
¿Pero qué esperábamos? Que nos ataran los perros financieros con longanizas de caviar?
El yoyo de la bolsa (de las bolsas, si nos atenemos a las tendencias internacionales) no sorprende ya a nadie. Incluso se ha convertido en un asunto banal, cotidiano, como si lo hubiéramos vivido siempre. Son las consecuencias sobre la economía real y la duración de la crisis (en palabras de hoy de Zapatero "grave crisis") que van a ser de consecuencias descomunales: parados por millones, deflación, parón del crecimiento y capitalismo del sur. Porque... vamos a ver... ¿Quién saca provecho de todo esto? Los chinos, sin ninguna duda. De un capitalismo ideológico vamos hacia un capitalismo político. Y esta nueva tendencia es totalmente desconocida para nosotros. El primero se caracteriza por su teoría neo-liberal y el aprovechamiento salvaje de los beneficios. Los asiáticos van a vengarse de los occidentales arrogantes, dominadores y racistas. Y dentro de muy poco, los hombres políticos chinos nos tendrán comiendo en la palma de su mano, a su merced. El problema es que el capitalismo es totalmente previsible (es muy racional) y que lo que nos viene de parte de los chinitos de ojos rasgados es una verdadera incognita. Y ahí estriba el problema. Un chino siempre será imprevisible, según nuestro esquema de análisis.
Los bancos van a tener que replantearse sus estrategias. Sus activos están desintegrándose, y tal vez acaben por no poder ofrecer dividendos. Los que estén bien gestionados capearán el temporal, y otros tendrán que fusionarse, dejarse absorber o bien nacionalizarse. Sin embargo los que realmente van a sufrir son las empresas y los trabajadores. Volveremos a niveles de los ochenta. Será duro pero más se perdió en Cuba. Si la experiencia vale la pena, en estos tiempos de vacas flacas, se van a cambiar ciertas mentalidades y se restablecerá una cierta forma de hacer los negocios. Por otra parte, la mayoría de empresas basadas en el consumo a ultranza y en el despilfarro de los recursos naturales no tienen ningún futuro. Les auguro su desaparición en unos pocos años. Siempre será un beneficio para el planeta. En cuanto a la crisis, si nos pusiéramos a cultivar cada uno un trocito de huerto, en algo rebajaríamos el coste de la cesta de la compra y recuperaríamos sabores de antaño. Dos pájaros de un tiro.
Por cierto, leo que el CAC40, índice de la Bolsa de París ha bajado en sólo dos días casi un 8%, mientras que la de Wal Street sólo un 1,5%. Este plan europeo de salvamento de la economía que ha desembolsado cientos de millones de euros no está sirviendo de (casi) nada, me temo.
jueves, 16 de octubre de 2008
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1 comentario:
Borracha y resaca? No cuando soy Sam, el que conduce y que no bebe
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