domingo, 4 de octubre de 2009

El cuchillo en el aire

Me permitirá el director detenido que me inspire en el título de su magnífica película "El cuchillo en el agua" para ponerle nombre a mi post de hoy. Y es que Polanski está tristemente de actualidad, y no precisamente por alguno de sus multitudinarios estrenos.


Se trata de un asunto de abuso de menores de hace más de treinta años el que ha hecho saltar todas las alarmas policiales y sociales, precisamente en un país en el que este tipo de delitos no prescriben. El director llegó a Zúrich hace unos días para asistir a la entrega de un premio honorífico en el transcurso del festival de cine de esa ciudad. En estos momentos se encuentra en detención preventiva a la espera de su extradición a las autoridades estaounidenses, que es donde se cometió el supuesto delito de abuso de menores y violación. En estos momentos, las autoridades deben investigar si Polanski puede ser extraditado. Como es costumbre en ese país transalpino, el secretismo se ha dejado sentir desde que la noticia se dio a conocer. Y disponen sólo de 40 días para determinar si la extradición se hace oficial. Tanto las autoridades francesas como las polacas, países que otorgaron a Polanski la doble nacionalidad han pedido oficialmente la puesta en libertad del director.

En el 77, se declaró culpable de haber mantenido relaciones sexuales con la menor, que en aquella época tenía apenas 13 años. Y fue condenado a mes y medio de cárcel. Posteriormente, los abogados de las partes implicadas habían llegado a un acuerdo que nunca se pudo aplicar, porque al día siguiente, Polanski cogió un avión y dejó para siempre jamás los EE.UU. para instalarse en Europa de forma permanente.

Bueno, hasta aquí podría considerarse un caso normal de justicia a destiempo. Pero se me ocurren varios otros comentarios de índole más político que judicial... o más ideológico, tal vez. Se me ocurre que los EEUU han ostentado en numerosas ocasiones su "doble rasero" para enfrentarse a conflictos (inter)nacionales. Un ejemplo claro es la guerra de Irak (más de un millón y medio de muertos desde la invasión y posterior derrocamiento de Sadam) y el otro lado de la moneda es el puritanismo hipócrita de que hacen gala en demasiados aspectos de su vida cotidiana. En realidad, les molesta más el tema sexual del caso de Polanski que la sangre de inocentes que mancha tierras iraquíes cada día, cada hora, cada minuto. De hecho, por eso Polanzki puso los pies en polvorosa en cuanto supo lo que se le venía encima. Yo habría hecho lo mismo. Y el caso suizo, no es sino el fiel reflejo de lo que el servilismo a través de "favores" es capaz de conseguir. El país helvético ha pasado de discreta nación neutral a centro de la polémica y se está ganando a pulso el descontento de más de uno. Primero fue la detención de un hijo de Gaddafi por haber saqueado la habitación de un hotel donde estaba alojado. Libia contestó con la detención a su vez de ciudadanos suizos, sin motivo aparente. Finalmente, la diplomacia suiza tuvo que pedir disculpas al padre. Ahora que los EEUU no le vana la zaga. Ajustician alegremente a decenas de condenados en sus cárceles, donde "residen" curiosamente una mayoría de... minorías: negros, latinos e indios que suman un total de ¡tres millones de personas!
Y mientras tanto, Bush y sus "amiguitos" (Rice, Powell, Rumsfield, Cheney... y un largo etcétera) y los verdaderos culpables de crímenes contra la humanidad, se han jubilado tranquilamente, y pasan de largo por los tribunales de La Haya. Por otro lado, y volviendo a Suiza, todo el mundo sabe lo que se cuece entre sus muy selectas fronteras: ex-dictadores, oligarcas, mafiosos y demás parásitos del planeta residen de forma permanente allí, sin temor a que los trinque esa famosa señora de ojos vendados. Claro, mientras dejen en las cajas fuertes de sus bancos buenos millones de dólares... para qué meternos en follones? Los funcionarios de Berna que han dado la orden de arresto han hecho prueba de una estúpidez y una incompetencia dignas de un episodio de Mortadelo y Filemón. Digamos que creo que les ha dado la pataleta sobre las presiones que Washington ejerce sobre los bancos suizos para que relajen el tan traído tema del secreto bancario. Tú me presionas, yo detengo a un famoso director que tú buscas. Así, tú dejas de presionarme y el secreto bancario sigue siendo secreto. Así de simple, así de retorcido. Además es muy, pero que muy curioso que Suiza haya sido borrada de la ominosa lista de paraísos fiscales hace muy, pero que muy poquito... Esto apesta, que diría Rajoy...

Además, el asunto me recuerda cierta novela, que luego fue adaptada por el maestro Kubrick. "Lolita"... se acuerdan? Pues es más o menos lo mismo, salvo que hace cincuenta años, cuando Nabokov publicó su novela, nadie habló de meterlo en la cárcel.

No niego que sea un asunto delicado. Y es que los tiempos han cambiado. Se puede estar a favor o en contra de sus actos, pero hay que vivir con el tiempo que nos ha tocado. El respeto a las personas es primordial, aun condicionado por los usos y costumbres. Hubo en su día una denuncia de los padres de la menor y Polanski confesó. Actualmente la víctima ha perdonado a su agresor, lo cual es loable, en mi humilde opinión. Lo que me resulta vergonzoso es que hayan detenido al director y que se hayan arrodillado servilmente delante de Gaddafi. Suiza, país ejemplar!

Sólo espero que la gente recupere el sentido común, que como se suele decir es el menos común de los sentidos, y las aguas vuelvan a su cauce. Pues eso, que liberen cuanto antes a Polanski y siga haciendo obras maestras como el Pianista, Tess, Repulsión...