sábado, 28 de marzo de 2009

Castigado de cara a la pared

Anoche tuvo lugar la última proyección del trimestre del Cine Club Odeón. La película en cuestión, cuyo título traducido al español es "La clase" (en su original "Entre les murs" -entre las paredes), abordaba el tema de la enseñanza a través de los ojos de un profesor francés de secundaria, tema éste que me toca de cerca, como ya sabrá el lector habitual.

La elección del título de este post no es casual, y no pasaría de un juego de palabras si no fuera porque anoche salí del cine con la sensación, no de revivir una más de mis jornadas de clase, eso sí, matizada, sino de que me habían tomado el pelo durante las más de dos horas de proyección durante las cuales me aburrí mortalmente. Así que sí, pondría al artífice de tal vacuidad cinematográfica castigado de cara a la pared por haber filmado un bodrio de proporciones colosales que además tuvo el descaro de ganar la palma de oro en el Festival de Cannes en la pasada edición de 2008. Sean Penn ¿en qué estabas pensando cuando la elegiste mejor película?????

Cierto es que con el bombo y platillo con que lo habían adornado, atraía, más que nada por el tema, pero la decepción ha sido mayúscula. Además con Sean Penn de presidente del jurado, pues como que la apuesta estaba más que garantizada. Desgraciadamente, salí del cine muy contrariada. Ya desde un punto de vista formal, la propia película en su guión (si es que lo hay) y/o planteamiento es una suma de despropósitos. De entrada, el uso y abuso de primeros planos pone al espectador más en la tesitura de contarle los granos de acné a los actores adolescentes que en adentrarles en la atmósfera de la problemática de la enseñanza. Lo de la cámara al hombro, y con un cierto respecto al Dogma, que ya mencioné aquí, en otras crónicas de cine, me dio mucha grima. Esto no se parece ni de lejos a ese movimiento cinematográfico del danés Van Trier; es como si el que lo filmó hubiera estado simplemente borracho. Desde un plano formal, el inexistente guión delata una forma de trabajar a salto de mata. No hay historia; sólo una sucesión de planos repetitivos. El tempo de la película están muy mal explotado. Las primeras escenas nos presentan el comienzo de curso y sin transición se pasa al segundo trimestre. Algunas de las escenas son insoportablemente largas, interminables, con una puesta en escena absolutamente plana y sin sorpresas.

En lo que concierne a los "pseudo-actores", asistimos a un desfile de todos los estereotipos adolescentes posibles: el gótico, el chulazo negro, la marroquí deslenguada, la nenica guapa pero con complejo de orejas de soplillo, el alumno que asume su homosexualidad, el chinito educado y aficionado a la informática, los macarras fanáticos de fútbol que no terminan de integrarse en una sociedad que les pone todo lo necesario a su alcance pero que rechazan descaradamente. Asistimos a lo largo de todo el metraje a una sucesión de escenas pacatas y sinsentido. Todo es monotonía repetitiva. Es como un chicle: el sabor se pierde muy al principio de echárselo a la boca y finalmente se tira sin más.

Pero lo que más me ha repateado de la película, con diferencia, es el papel del profesor. Me explico. Lo de los alumnos que se muestran más interesados en dejar salir sus hormonas al exterior que en hacer el esfuerzo de aprender es casi perdonable. Además cada cual tiene una historia familiar y social delicada. Pero lo del profe tiene miga. Y muy mala leche. Más que nada porque se me hace difícil imaginar que esa sea la realidad de la educación en Francia y mucho menos en nuestro país. Y hablo con conocimiento de causa: di clases de español en dos institutos de Paris, precisamente. En el distrito 18 para más señas, uno de los más "sensibles" de la capital.
¿Cómo se puede ser tan cínico (hablando del papel del profesor), amén de prepotente? Hay una escena en particular que me ha chocado sobremanera: aquella en la que el profesor, después de terminar una clase con su tutoría, le pide a una chica que se quede para hablar con ella. No solamente no cierra la puerta, consciente de que las amigas de la chica escucharán atentamente toda la conversación, sino que en vez de preguntarle si algo no va bien, la obliga insistentemente a disculparse. Esa prepotencia gratuita hacia su alumna me ha resultado sencillamente nauseabunda. Hay otra escena realmente llamativa en la que el profesor expone el trabajo de uno de sus alumnos en un tablón de corcho, sin dar más explicaciones, cuando el alumno en cuestión ni siquiera tenía ganas de hacer el trabajo. El profe ni le felicita ni siquiera le da explicaciones, del tipo "no lo hago para ponerte en evidencia, sino para hacer ver que el trabajo es interesante y completo." En vez de eso, le comenta que es para dar a otros la posibilidad de "contemplar" su trabajo. Pero no lo felicita. Estos jóvenes necesitan que un adulto, el profesor a la sazón, les reconozca su trabajo, su esfuerzo. Si no obtienen un mínimo de reconocimiento, pocas ganas o ninguna les quedará para volver a las aulas. En ese sentido, el profesor, que se quiere mostrar muy "amiguete" de sus alumnos está claramente "meando fuera del orinal". De hecho, utiliza la confrontación y el cinismo únicamente para dejar claro que maneja la lengua mejor que nadie, temiendo que su liderazgo se ponga en entredicho, cuando no se trata de eso en absoluto. Es un profe, punto pelota. Se equivoca cuando emprende el camino del enfrentamiento.

Por otra parte, si bien es cierto que he visto alumnos completamente fuera de toda esperanza de recuperación, el director de la película abusa de personajes adolescentes tan deseperadamente nulos que nos cuesta creer lo que vemos en cuanto a comportamientos asociales. Y no solamente está sobreactuado el lado juvenil que se nos hace difícil adoptar un rol empático frente a esos fracasos escolares. Más bien dan risa de tan patéticos. No me han transmitido la más mínima emoción. El rictus de mala leche alcanza su paroxismo cuando en la sesión de evaluaciones nos muestra a dos niñatas bastantes capullas reventando los comentarios de los profesores. Mención aparte merece el actor que hace de profesor, ya que cuando debería ser el artífice de la transmisión de emociones al espectador, todo se queda en nada. Ninguna emoción nos llega desde la pantalla.

Si la película pretendía ser una llamada de atención por parte de la sociedad sobre las dificultades de ser profesor, le está haciendo claramente un flaco favor al sector de la enseñanza. De hecho la película es el manual perfecto de lo que NO se debe hacer en un aula. Por ejemplo: llevar personalmente a un alumno al director por un problema de disciplina, dejando el aula sin control. O cómo las mil y una maneras de cambiar de tema y desviarse de lo que marca la programación en un aula. Los alumnos son desvalorizados continuamente cuando el profesor se queja de que ya no son amigos suyos. Y es que este tío no se ha enterado todavía de que los profesores deben ser profesores y los alumnos, alumnos. Ni más ni menos. Me da pena al final, cuando una de las chicas más discretas de la clase confiesa sin rubor que no ha aprendido nada. Eché de menos que el profesor le diera una respuesta inteligente y no se quedara callado como un pasmarote. La historia rezuma demagogia barata por sus cuatro costados. El profesor no consigue transmitir todo aquello que los alumnos esperan de él. Y anda que lo del director que se deja manipular y más blandengue que un blandiblú clama al cielo. No hay mensaje. Sólo imágenes inconexas que se suceden sin ton ni son. Ah, y la escena de la discusión entre profes en el transcurso de una reunión oficial sobre el tema de la máquina de café se lleva la palma (no de oro, precisamente) a lo absurdo.

Lo dicho, no la recomiendo. De hecho, castigado de cara a la pared.

jueves, 26 de marzo de 2009

El monstruo y los monstruos


Estos días se está destapando la caja de los horrores en Austria y es que el juicio por el llamado "monstruo de Amstetten" ha comenzado. Las imágenes que de él se han podido ver en la tele, a pesar de su insistencia en ocultar su rostro con un archivador lo muestran impasible, incluso altanero. Ha declarado con voz tranquila, demasiado tranquila para aquellos que se enteraron horrorizados de las torturas a que tenía sometida a su hija en aquel sótano lúgubre durante tantos años. Violación continuada, secuestro, incesto y amenazas. Tales son las acusaciones a las que se enfrenta a sus 73 años. Y ahora acaba de reconocer que uno de los bebés que su hija dio a luz en aquel infame lugar no recibió los cuidados que necesitó al nacer y que lo dejó morir por no "destapar el pastel" de sus fechorías retorcidas. Durante todo esos años, nada menos que veinticuatro, hizo creer a todos que su hija se había metido en una secta. Con toda naturalidad, "adoptó" a tres de sus propios hijos-nietos (según él mismo a reconocido, los que lloraban menos), obligando a cada vez a su hija a redactar un escrito mediante el cual explicaba que no podía hacerse cargo de sus cuidados.

Al parecer, el citado individuo echa las culpas de sus actos al hecho de que nunca se sintió amado por su madre, que lo maltrataba y menospreciaba constantemente. La hija ha declarado a través de más de once horas de video que han bastado para desmontar la estrategia del abogado defensor, que pretendía eludir la cadena perpetua del acusado. Fritzl se ha desmoronado escuchando las declaraciones de su hija. No podía ser de otra manera.

Además de las lindezas con que la prensa seria y la más exhibicionista nos ha deleitado desde el momento en que se hicieron públicos los detalles de tan macabro hallazgo, se ha sabido que allá por los sesenta, a este individuo se le arrestó en varias ocasiones por exhibicionismo, violación e intento de violación. Toda una joyita. Fue condenado a dos años de cárcel. Su mujer, con la que se casó cuando ésta tenía apenas 17, sigue por aquellos entonces a su lado y hasta el día de hoy. Otro de los misterios dignos del cuarto milenio de Iker.

Lo que más me llama la atención en todo este circo mediático no es la magnitud del horror vivido por esta mujer y sus hijos, ni siquiera, que ya es decir, la actitud desafiante del tipejo este. Lo que me deja completamente espantada es la actitud de determinados medios de comunicación amarillistas (como el británico The Sun) que pretenden seguir torturando a esta pobre víctima a la que le han robado 24 años de su vida, la libertad con que nace todo ser humano, a la que no le han dejado elegir si quería o no tener hijos, a la que le han cercenado el derecho a decidir sobre su propia vida, con publicar no sólo su paradero actual (supuestamente, ha cambiado de domicilio y ha adoptado una nueva identidad) sino su aspecto físico con fotos a toda portada. Una vergüenza.

Déjenla tranquila. No la hagan doblemente víctima. No os pongáis a la altura de este monstruo, siendo vosotros también lo peor.

domingo, 15 de marzo de 2009

Ser o no ser (Internet) y tener o no tener (Feisbuc)

Hay que ver lo que con un simple par de clicks se puede conseguir. Tanto, tanto, que Internet, y más concretamente Facebook te dirán más de ti o de tu portera, o de tu carnicero que cualquier detective tradicional. Y de esto precisamente es de lo que se quejan los émulos de James Bond. Así que como bien dice el dicho, "si no puedes con tu enemigo, únete a él". Y eso es lo que han hecho los detectives. Han arriconado las lupas y las viejas cámaras de fotos y se han arremangado frente a la pantalla del ordenador.

Y es que algo así como el 95% de nuestras informaciones personales ya están en Internet. Obviamente, no en plan escaparate, pero alguien con unos pocos conocimientos de informática avanzada podría obtenerlos sin demasiados problemas. Lo cual no deja de ser altamente inquietante. Se pueden conocer los datos personales del mandamás de cualquier empresa, se puede identificar un número de teléfono llamando al nuestro con sólo teclear ese número en varias webs de "guía telefónica inversa". Tampoco hay que hacer interminables colas para saber los datos de un inmueble en el que uno esté interesado. Que te interesa leer el BOE en todas sus formas autonómicas...? Pues nada, a teclear la dirección y en menos de un segundo, lo tienes todo, todo y todo, que diría la niña del anuncio. Todo (o casi) está en la red de redes. Si a eso le añadimos un buen GPS en una mano (el modelo "Tracking", para seguir a esposos/as infieles) y el IPhone en la otra, sería bastante improbable que a los detectives se les escapara algún detalle, por nimio que éste sea.

Así que la ecuación sería que quien no está de alguna forma en Internet, no existe. Yo existo también, conste, y desde hace unos meses, también tengo un perfil en el "Feisbuc". De hecho, cuando empiezan a buscar a alguien, los detectives consultan en primer lugar el "Feisbuc". Es el primer paso. Ahí, la gran mayoría de la gente cuenta de alguna manera su vida. Y lo realmente extraordinario es que la gente (al menos, la que yo conozco) no miente. Sus datos son muy exactos. Y además, la gran mayoría, entre los cuales me incluyo, expone fotos de momentos más o menos personales. El quid de la cuestión sería tener cuidadín con quien acepta uno. No basta con que fulanito o menganita sea amigo de un amigo de un amigo. Con un poco de sentido común, se puede salvaguardar la privacidad deseada. Y sobre todo no porque un tipo con pintas de Brad Pitt (o de Angelina Jolie, por poner un ejemplo de cada sexo) y un curriculum de ensueño nos pida ser amigo nuestro, lo vamos a incluimos en nuestra intimidad.

Un par de libritos a tener muy en cuenta sobre las redes sociales y escritos por Kevin Mitnick "The art of deception" y "The art of intrusion" (están traducidos al español). Son divertidos, didácticos e instructivos (si no se lo toma uno muy a la tremenda).

sábado, 14 de marzo de 2009

Hommage à Alain Bashung

Alain Bashung est mort aujourd'hui, des suites d'une grave maladie. Il va sûrement offrir quelques concerts gratuits là où il sera. Quelle chance!

lunes, 9 de marzo de 2009

Que otro me haga los deberes...

Que yo sepa, la cultura, los conocimientos ni la inteligencia se pueden comprar con dinero. Y mucho menos en tiempos de crisis. Esto viene a cuento de que ha salido una página de Internet en nuestro país vecino Francia, llamada literalmente "hazme los deberes". Ha durado veinticuatro horas. Es decir que las autoridades educativas competentes la han cerrado nada más salir a la luz por considerar que, no solamente atenta contra la labor de los docentes, sino que no beneficia en nada a los que están en el proceso de aprendizaje. Mientras, por estos lares, todavía (y cada vez más gordos en clientes, en lectores y en operaciones) disponemos del "rincón del vago". País de catetos.

En cualquier caso, el cierre de esta web ha evitado las perspectivas funestas que habría reforzado, ha evitado también más si cabe el fracaso escolar y pedagógico para un número importante de "jóvenes" consumidores. El mecanismo no era gratuito (se tenían que desembolsar entre 5 y 30 euros por "servicio"). El propio ministerio había lanzado la voz de alarma el día antes de su estreno. Las autoridades se pusieron en contacto con el creador de la página y le había conminado a su cierre, apenas 24 horas después de su estreno. En tan sólo 24 horas había tenido un movimiento de más de 80.000 visitas. Claro, así las cosas, el creador de la página web se frotaba las manos de felicidad. Pero, como decimos por aquí, su gozo en un pozo. Se le ha helado la sonrisa en los labios y se le ha convertido en rictus de decepción. De hecho, si uno se mete en la página de http://www.faismesdevoirs.com/ se topa con una breves disculpas por el cierre sorpresivo de la web. Por parte del ministerio, las declaraciones han sido muy claras: "el mejor sitio para ser educado y para la corrección de los deberes correspondientes, es sin lugar a dudas el centro escolar. Y desde el ministerio, no se anima de ninguna manera aquellos dispositivos que además cobran a cambio de "hacer" los deberes de nadie".

Por otra parte, y como anécdota, me gustaría reseñar que en la susodicha nota de disculpa para los internautas interesados en estos "servicios" hay varias faltas de ortografía en apenas una docena de líneas escritas. Creo que sobran comentarios al respecto. Personalmente, creo que no contrataría a nadie que tuviera unas ideas como éstas y segundo, mucho menos que después de tenerlas se echara atrás.

Por otra parte, aquellos que cultivan esos valores (valores?) de vaguismo extremo, de individualismo y de dinero fácil (bueno, ahora con la crisis, esto último se ha venido abajo de forma estrepitosa) se van a ver entre las cuerdas. Así que quiero creer que es uno más en los signos que nos señalan que los tiempos (en todos los sentidos) están cambiando, mal que les pese a unos cuantos que desearían que los tiempos de pelotazos de todo tipo siguieran.

Volviendo al tema del post, me temo que por aquí algunos van a tener que ponerse seriamente a estudiar, a hacer sus deberes y a empezar a ser responsables. Los profesores no somos tontos y olemos a la legua aquellos trabajos que no son originales, que han sido copiados de antiguos alumnnos, o como en mi caso, que han sido pasado por el pasapurés de los programas informáticos de traducciones, que más que traducir, asesinan con nocturnidad y alevosía los textos. Y no hace falta ser un Sherlock Holmes para ello. Basta con conocer un poco a los alumnos y saber el comportamiento que tienen en el aula. De hecho desconfío totalmente de aquellos que en el aula están siempre en Babia, no dan palo al agua y sin embargo me presentan ejercicios escritos de cinco estrellas.

A estas alturas, dentro de nada asistiremos a la apertura de webs del tipo http://www.apruebotuselectividad.%20com/ o bien http://www.hagolacarreraporti.com/. No me extrañaría.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Miraflores de la Sierra

Este próximo finde, lo pasaré en Miraflores de la Sierra. Espero divertirme y descansar...