martes, 28 de abril de 2009

Eres tonto, soy tonto y nuestras esposas son mujeres florero

Tras un pequeño paréntesis reponiéndome física y mentalmente de la semana santa, aquí estoy de vuelta, con la lengua y los dedos afilados, dispuesta a comerme con patatas al más pintado.

Miro con cierto estupor las portadas de los periódicos de hoy y ni uno se salva de la nota frívola con que presentan la visita oficial que Carla Sarkozy y Nicolas Bruni han realizado a España, y más concretamente, a la capital del reino.

Lo presentan como una duelo de damas. ¿Quién se llevará el gato al agua? ¿Quién ganará este "concurso de glamour, de lentejuelas y de estilazos? ¿El look chic Chanel o el estilismo local? ¿La princesa de origen asturiano o bien la ex-modelo? Carla vs. Letizia... Esto que en principio parece más bien un desfile de modas en vez de un viaje de estado ha eclipsado esto último, siendo como es el principal motivo de esta visita. La cumbre franco-española ha copado las portadas de los periódicos de mayor tirada con fotos que ilustraban los modelitos de las primeras damas en vez de poner el acento sobre los problemas serios, aquellos que deberían tratarse con mayúsculas entre los dos mandatarios.

También se ha tratado otro asunto que lleva ya coleando unas cuantas semanas sobre un comentario hecho por Sarkozy poniendo en entredicho el cociente intelectual de su homónimo español. Sarkozy se ha limitado a sacar a colación la "profunda amistad "(sic) que les une y la estrecha complicidad de que han hecho gala. Pa' mear y no echar gota que diría el otro... Otros dirían que es como una luna de miel... Yo simplemente digo que es una vergüenza... lisa y llanamente.

Los comentarios en prensa y televisión han sido ridículos (léase la viñeta del ABC o bien el comentario del locutor de Antena3 que en tono jocoso afirmaba que había llegado a España en visita oficial "el matrimonio Bruni"... Triunfa la prensa de los paparazzi. Se ensalza el amarillismo en tiempos en los que deberían primar el sentido común, el rigor y la austeridad. Personalmente, me parece lamentable que se dé protagonismo a detalles que resultan cuanto menos muy secundarios cuando hay tanto por hacer a nivel de colaboración política y económica entre ambos países.

Se está ensalzando lo vacuo, lo superfluo, lo accesorio. Es la era, no de Acuario, sino del vacío, del nihilismo, del "me-la-suda-todo", con perdón... Me estaría partiendo de la risa si no fuera porque finalmente debería ganar la partida el sentido común y la seriedad de la situación. Porque, rindámonos a la evidencia: tenemos a dos mujeres, vale. Una morena, tipo barbie pelín límite, condenada desde hace dos años a llevar zapatos planos para que su marido no parezca todavía más bajito de lo que ya es. La otra, rubia come-hombre, alzada sobre zancos de diez centímetros de alto para llegarle a su marido a las axilas. Qué paradojas tiene la vida... Todos los artículos en prensa mencionaban el detalle de la altura de Sarkozy, en vez de agradecerle que nos metiera en el G20, tema bastante más importante que las alzas que supuestamente lleva. Porque eso sí, Zapatero menciona demasiado a menudo el fin de ETA, pero a la chita callando, el galo ha sido quien ha desarticulado en las últimas semana todo el aparato militar del grupo terrorista a través de sus gendarmes. Tenemos mucho que agradecerle al pequeñajo este.

Todos hemos comprendido la estrategia de la prensa: se coge un buen puñado de actos oficiales, unas cuantas cucharadas soperas de política desenfadada y una pizca de sensacionalismo y prensa amarillista (me estaba preguntando si en la carrera de periodismo, tienen una asignatura optativa que se llama precisamente eso "prensa amarilla". Vete tú a saber...) Se bate todo hasta hacer emulsionar, que diría Arzak, y tenemos la noticia "guay" de la semana, lo justo para camuflar durante unos días la gran crisis que nos acecha y las escalofriantes cifras del paro (los últimos sondeos confirman que cada día, más de 70.000 personas pasan a engrosar las filas del desempleo!). Y a todo esto, la gripe porcina llega al gran galope a instalarse cómodamente en el planeta.

Qué vergüenza! Además, qué se gana comparando el tipo de estas dos mujeres? Tiene que haber una ganadora? Creo que cada individuo es único e irrepetible. Una más alta, la otra menos, una ex-modelo, la otra ex-periodista. No tiene sentido. Cada cual es como es y punto. Queridos lectores, quiéranse mucho y dejen de comparar. Ah! y mañana será otro día.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Ya regresaste! ¡Te extrañábamos!