viernes, 14 de mayo de 2010

Españoles, Franco ha vuelto

Cuando el dictador se fue para el otro mundo, el encargado de anunciarlo vía televisión en blanco y negro del momento, fue Arias Navarro, y lo hizo con esas cuatro palabras que la revista El Jueves ha cambiado ligeramente, y que me tomo la libertad de reproducir.

Y es que lo que está ocurriendo es de auténtica vergüenza. Tanto que me estoy planteando seriamente irme a vivir a Pocoyolandia. No se puede tolerar que situaciones como la que está viviendo el juez Garzón ocurran en una (supuestamente) democracia asentada como la que tenemos en nuestro país. Había dudado mucho antes de escribir este post, e incluso soñaba con que finalmente no iban a votar (como finalmente han hecho, y además por uninamidad) para destituirlo los miembros del CGPJ.

Pero ha ocurrido. Ese organismo clara y escandalosamente facha ha suspendido a nuestro juez más honesto por haberse atrevido a investigar los crímenes del franquismo. Ya el miércoles un magistrado del Tribunal Supremo ordenó la apertura de un proceso contra Garzón por prevaricación.
El juez quemó sus últimos cartuchos para contrarrestar esta medida humillante, solicitando su ingreso como miembro de la Corte Penal Internacional para un periodo de siete meses. Se le ha denegado. Incluso irse de este país y perder de vista durante un tiempo el careto de esos malnacidos acomplejados que vierten su ponzoña rabiosa porque les han intentado poner en evidencia, no se le permite.

Garzón fue uno de los artífices de la llamada justicia universal, cuando salta a la palestra por su orden de detención contra el dictador Pinochet, aquel noviembre de 1998. De nada le han valido sus peticiones de anulación de procesamiento por irregularidades en el procedimiento. Esos "valientes" que no asumen que hay cuentas pendientes con el sangriento pasado y que necesariamente hay que saldar: desenterrar a aquellos inocentes ajusticiados como perros sólo por mostrarse en contra del régimen totalitario del tío Paco y darles sepultura. Cualquiera tiene el DERECHO a ser respetado, aún estando más de setenta años muerto. Las familias tienen DERECHO a reclamar una investigación y poder cerrar las heridas que siguen abiertas. Recién muerto el dictador, una ley de amnistía general, votada en el 77, determinaba que no se podía reabrir el sumario de muertos de la guerra civil ni encausar a los supuestos asesinos. Más de uno y más de dos de los herederos ideológicos de aquellos asesinos se encuentran en estos momentos sentados cómodamente en sus sillones de los altos poderes fácticos del país, regodeándose de las lágrimas de nuestro magistrado más valiente. La controversia no ha hecho más que empezar. La izquierda y los familiares de desaparecidos quieren una justicia que les repare las pérdidas. Los rufianes de la derechona más rancia proclaman a los cuatro vientos que la justicia debe seguir su curso.

El trato otorgado a Garzón da cuenta de la ponzoña más revulsiva de los herederos del franquismo más abyecto. Hay que apoyar a Garzón. Él sólo tiene el poder de parar a estos delincuentes de tres al cuarto. ¡Qué vergüenza de "justicia"! ¡Qué vergüenza de país"! Que no me digan, después de asistir atónita a la salida esta tarde del juez de la Audencia Nacional con sus pertenencias y apoyado por cientos de personas que aguardaban a poder desearle mucho ánimo, que en España hay una justicia ecuánime y ciega...

Y como la gente de la derechona más rancia gusta de hacer leña del árbol caído, todo este vergonzoso asunto permite a los peperos correr un tupido velo y desviar la atención sobre el mayor escándalo politico-financiero de la historia de la democracia, en una semana en que no había titular de ningún periódico que no mencionara la reapertura del sumario de los trajes del valenciano y las irregularidades en el patrimonio de Fabra, otro facha declarado.

Visto lo visto, es más que probable que ningún otro juez se atreva a volver a investigar los crímenes franquistas, pero Garzón ya ha demostrado sobradamente su valor y determinación, aunque casi en solitario. Sólo quedarán los historiadores para "juzgar" esos actos ignominosos. Alguno dirá que será mejor que nada, pero el dolor de las víctimas y de sus familiares quedará como una mancha vergonzosa en la reciente historia de España. 30000 desaparecidos durante la guerra civil, asesinados brutalmente y enterrados en fosas comunes esperarán pacientemente el juicio final para obtener su justa reparación. Espero que no tengan que esperar tanto.

España vive todavía, mal que le pese a los demócratas, inmersa en una mentalidad fascista y retrógada que le impide reconocer su propio pasado. La presión ejercida por la derecha más rancia y sobre todo, la influencia de los ultras católicos (los que en realidad mandaban y se beneficiaban del dictador) sigue siendo demasiado fuerte para hacernos crecer como país democrático. Suelo decir que España es un país con una democracia adolescente: caprichosa con sus líderes, egoísta con los medios, intransigente con los críticos y sobre todo inconsciente para con su futuro.

No podemos quedarnos con los brazos cruzados, esperando un milagro que no llegará. Debemos levantar nuestras voces contra esos que nos quieren hacer callar, porque ven en ello una amenaza contra sus acomodadas e hipócritas vidas, acostumbrados a barrer la mierda bajo la alfombra del silencio. Este gran defensor de los derechos humanos que es Garzón no debe quedar solo frente a esta jauría de perros sarnosos. Los crímenes del franquismo, al igual que los del nazismo no prescriben. Si llevó a juicio a Pinochet, él u otro llevará tarde o temprano a juicio a aquellos que cometieron crímenes cobardes impunemente.

Garzón, tienes mi apoyo incondicional. Enciendo una vela por ti!

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