miércoles, 6 de mayo de 2009

Vaya mierda de vida (con perdón)



Acaba de presentarse en la sociedad farmaceutica europea una nueva forma de timo bajo la forma de unas extrañas pastillas azules (no, no son primas hermanas de las otras pastillitas azules, ejem) que supuestamente tienen como cometido combatir la obesidad que está invadiendo el primer mundo. Y encima, se puede adquirir sin receta médica. Ya se halla comercializada desde hace un par de años en Estados Unidos. Los padres de la creatura son, por cierto, también progenitores de la tristemente famosa vacuna para la gripe A que en estos momentos aterroriza a medio mundo. Pero volviendo a la pildorita anti-grasa, la publicidad nos dice que puede hacer perder al incauto consumidor entrado en carnes la friolera de 4,4 kilos en apenas (apenas?) 6 meses. No veas qué burrada de kilos tirados por el retrete...

Bueno, no tanto. Estas pildoritas, que responden al nombre de "Alli" (se podría jugar un rato largo -al menos, a mí, que me gustan los juegos de palabras- a buscarse significaciones a tan corto y contundente nombre, pero bueno, que cada cual saque sus propias conclusiones), ya se encontraban en el mercado de los fármacos para perder peso con el combre de Xenical/Orlistat desde hace al menos diez años. Primero de todo, hay que recordar que la selección de medicamentos de este tipo que ya se vendían en farmacia, eso sí con receta médica, se fueron retirando paulatinamente de sus estanterías por acumular peligrosos efectos secundarios (léase Acomplia, que al parecer acarreaba alteraciones psiquiátricas graves en los pacientes que lo tomaban). Al parecer su principio activo ha sido reducido a la mitad, con respecto a los antiguos medicamente anti-obesidad, lo que le permite, ahora sí, entrar en las farmacias de medio mundo por la puerta grande y venderse sin prescripción médica.

Uno de los muchos "peros" que tiene este recién nacido es el precio: 60€/mes. Y es que no me cuadran las cuentas: si la gran mayoría de los que en teoría necesitarían este medicamento es de extracción social media-baja y baja, ¿cómo demonios se supone que van a poder pagar estos precios? Segundo pero: el principio activo del que hablaba más arriba actúa a nivel del intestino, en el interior del cual se deposita una película que impide la absorción de las grasas ingeridas. Y es que tan pronto como el intestino detecta que se ha ingerido siquiera una pizquita de nada de grasa, empiezan a dispararse las alarmas, y a evacuarse las mismas por vía natural... y cuando digo "tan pronto como", quiero decir "ipso facto". Y esto, varias veces al día... Jeje... En http://www.youtube.com/ se pueden ver ejemplos de "accidentes" de este tipo, además de otros testimonios de gente que ya ha probado los beneficios de este medicamento.


Desgraciadamente, los milagros no existen, e incluso si existieran, tampoco estarían al alcance de cualquiera. Adelgazar, mediante cantidades ingentes de pastillas sigue siendo un viejo sueño además de una utopía. Además, en España, donde el número de gordos/obesos crece como la espuma, nos caracterizamos por ser uno de los países europeos donde más se consumen (y más ahora que llega el buen tiempo y uno empieza a darse cuenta de los excesos del invierno, -ay, los turrones de la Navidad, dónde estatán...) este tipo de fármacos.

Repito, no hay milagros posibles para la obesidad. Todos los expertos se ponen de acuerdo en señalar que esta enfermedad no se arregla con una simple pastilla. Acaso sólo significa una medida auxiliar dentro de un plan de choque que palie mínimamente algunos aspectos del exceso de grasa. En teoría, las pastillas Alli están prescritas únicamente para aquellos pacientes que presentan un verdadero sobrepeso (se considera que alguien es obeso cuando su IMC supera 28). Para más inri, la obesidad se asocia a otras patologías como diabetes, hipertensión, colesterol, etc... lo que complica más todavía la ingesta sin receta de este medicamento. Así las cosas, sólo los buenos criterios de los farmaceuticos podrá poner algo de orden en las ansias de adelgazar de algunos.


Ya me veo a legiones de gordos prisioneros en sus propias casas, bebiendo refrescos muy azucarados (no digo marcas, que cada cual le ponga el nombre que le apetezca), comiendo patatas fritas en el sofá, y mirando la tele que vomitará en permanencia imágenes de chicas jóvenes y con cuerpos de barbie plastificada. Y todo por tener un water a mano para las "urgencias" fisiológicas. Y como no adelgazarán ni cinco gramos, se pillarán unas depresiones de caballo, con lo cual las grandes multinacionales farmaceuticas se seguirán embolsando más todavía los beneficios, no solamente de este anti-obesidad, sino también de los antidiarreicos y además de los antidepresivos. Pobres, gordos, depresivos...


En fin, que intentas comer "light" y cagas ligerito... Ironías de la vida! Vaya mierda (con perdón).

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