jueves, 22 de enero de 2009

Ya era hora

Una de las primeras decisiones que Obama ha tomado a su llegada a la Casa Blanca, aparte de congelar los sueldos a sus altos cargos, ha sido la de cerrar la cárcel de Guantánamo, en la isla de Cuba. Fue una de sus propuestas estrella, entre otras, durante el transcurso de su campaña electoral. Y ha cumplido. Acaba de firmar el cierre y desmantelamiento de la cárcel para dentro de un año. Contraste notorio con respecto a su antecesor en el cargo, empeñado en prolongar ad infinitum el infierno que viven los presos de aquella "tierra de nadie". Bush, de hecho, lo consideraba (lo de tenerlos allí) una "medida para luchar contra el terrorismo". Qué cruel ironía...
Además, Obama ha impuesto que los Estados Unidos se atengan en todo momento a la convención de Ginebra sobre los derechos de los prisoneros de guerra.

El gesto, además de loable, nos dice bastante sobre las intenciones de Obama. No ha tenido que pensárselo mucho tiempo. Aunque pensándolo bien, creo que tarde o temprano se hubiera cerrado. Era una situación que no podía prolongarse en el tiempo mucho más. La presión internacional se estaba endureciendo a pasos agigantados. Aunque espero que el cierre de esta cárcel no esté sólo motivada por una voluntad del gobierno estadounidense de rehabilitarse en la opinión pública mundial. De cualquier manera, esta decisión le asegura al recién elegido Obama una imagen positiva suplementaria. Pero... ¿cuántos "guantánamos" más existen en el mundo?

Siempre he pensado que sea cual sea el crimen que se haya cometido, una persona merece un juicio justo y equitable, incluso si ha cometido las peores atrocidades. Si no, nos ponemos a su misma altura. O bajura.

¡Bravo Obama! No podrías haber empezado con mejor pie. Allí donde Bush se empecinaba y dejaba el asunto de lado, a pesar de la opinión pública mundial y las denuncias de organizaciones de derechos humanos, has buscado soluciones. Bush ni siquiera se daba cuenta del problema.

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