domingo, 22 de agosto de 2010

Isla de Bréhat

Muchos de los que antes que yo habían estado en esta isla me habían recomendado su visita. Y la verdad es que con el día magnífico que hizo, fue un auténtico placer recorrerla. Tras una travesía de una quincena de minutos, desembarcamos en el extremo sur y para alcanzar el faro de la foto que se encuentra en el norte, caminé por unas sendas ad hoc, admirando la belleza circundante. En la isla, no se permiten vehículos a motor, excepto tractores. Los pocos que hay son eléctricos; la gente que vive aquí está muy concienciada ecológicamente hablando. Hay también un centro de tratamiento de resíduos que recicla prácticamente todo. Además, se recomienda a los visitantes que regresen a tierra firme con sus propios residuos para no aumentar la cantidad de basura que se produce en la isla por sus habitantes.

Panorámica de la costa norte, mucho más salvaje y abrupta que la parte sur, más habitada también.

Pequeña cala con marea baja.

El barco que me llevó a la Isla de Bréhata se llamaba "Enez Vriad", que es el nombre de la isla en bretón. Se habla esta lengua en la parte más occidental de Bretaña. Se habla en la región desde que en el siglo VI, británicos venidos de la región de Devon, Gales y Cornualles arribaron a ella, huyendo de la invasiones anglosajonas. Se trata de una lengua celta, parecido al gaélico hablado en Irlanda. Durante muchos años, se prohibió hablarlo aunque hoy en día se enseña en los centros escolares como una segunda lengua. De hecho, los paneles de esta parte de Bretaña están escrito siempre en las dos lengua.

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