
jueves, 31 de julio de 2008
El otro lado de la alambrada

miércoles, 30 de julio de 2008
Calendario chino y desastres naturales

Recibo actualizaciones frecuentes de un blog sobre feng-shui desde Taiwan, que lleva un francés expatriado en aquellas lejanas tierras. En esos correos que recibo, hay mucha información sobre este milenario arte para encontrar el equilibrio entre el ser humano y lo que le rodea, léase los elementos que componen su hábitat común: el hogar.
Por otra parte, se pone en relación la misma inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín, el día 8 de agosto (fecha con simbología un tanto emblemática: 08-08-2008). El maestro de Feng-Shui del autor del blog, Raymond Lo, señala que la fecha de apertura de los Juegos tiene, según el calendario chino, tendencia a atraer desastres naturales ligados al agua, y que podrían acenturase a causa del eclipse. "El año de la rata, en el mes del mono y el día del dragón. Y esa misma combinación era la que reinaba el día que el tsunami arrasó el sureste asiático en 2004".
martes, 29 de julio de 2008
Volver, volver, volver....

Se llama "On s'embrasse pas?" (traducción para aquellos que no hablan ni entienden la lengua de Molière: "No nos besamos?") y su autor es Michel Monnereau. Es ésta su segunda novela.
Habla de un retorno a la tierra, a su pueblo, a su familia después de muchos años de ausencia, dedicados a recorrer medio mundo, a vivir experiencias que le hacen duro, cínico e indiferente a su entorno, el de ahora y el de antes. Ha vivido sin apegos, sin muros que le roben la libertad.
La pregunta del millón, y que también se hace el susodicho es "Por qué he vuelto?". El protagonista no termina de explicar el motivo por el cual tras quince años de ausencia, de rodar por esos mundos de dios, desembarca sin previo aviso en ese pueblo de la Francia profunda donde creció. Su hermana y su madre ni siquiera lo reconocen. En cuanto al padre, se entera de que ha fallecido hace algún tiempo. Es la historia de un cuarentañero sarcástico y su familia. Es la historia de un hombre que tomó en su día los caminos embriagadores de la libertad y de unos padres sedentarios que nunca se han planteado efectuar cambios en una existencia monótona y sin sorpresas. Bernard observa a su madre con ojo crítico, en el crepúsculo de su vida; a su hermana, ensimismada en el día a día; a su cuñado, un cabeza cuadrada que no gusta de gente ociosa y con el que tiene algunos enfrentamientos. O incluso a Raymond, un amigo de infancia, que simboliza el éxito rural, con una casa bonita y una esposa sexy.
Durante su larga estancia de naufrago en el pueblo, en la casa de su difunto padre, el tortamundos pasa revista a las situaciones en las que están encerrados todos los personajes, sientiéndose más ajeno si cabe que cuando estaba ausente. (Me recuerda al extranjero de Camus, es como si nada fuera con él). De esta narración en primera persona se detecta un choque entre dos mundos muy diferentes. Pero la visión, y por tanto el relato de Bernard, no es neutro, y creo que simboliza una confrontación consigo mismo. Cada frase que pronuncia pretende ser lapidaria, y creo que lo consigue.
El libro ofrece un sentido del humor agrio, a veces políticamente incorrecto. A algunas situaciones que normalemente rezumarían dramatismo, el personaje les saca punta de forma que parecen hasta cómicas: la escena del entierro, la embolia de la madre... El cinismo de Bernard es a veces incluso molesto, soberbio, como aquél que se sabe superior en todo y a todos los que le rodean.
La novela intenta saldar cuentas con la infancia y sus heridas y abre la puerta hacia el futuro. Una de sus dos sobrinas ya no volverá a ser la misma después de haber conocido a este tío extraño y tocanarices...
lunes, 28 de julio de 2008
Larra ha quedado obsoleto


domingo, 27 de julio de 2008
Marchando una de folklore aragonés


P.D. Invitan al respetable a visitar Huesca que celebra sus fiestas patronales del 9 al 14 de agosto en honor de San Lorenzo.
sábado, 26 de julio de 2008
Conversaciones con mi acupuntor

