miércoles, 5 de noviembre de 2008

Ayer tuve un sueño... hoy se ha cumplido

Podría pasar por un ciudadano normal, pero no lo es, al menos no a partir de hoy. Después de ocho años de conservadurismo, de belicismo a ultranza, de trucos sucios y de mentiras, EEUU en su vertiente más multiétnica se han convertido en un país de libertad que ilumina el mundo, la juventud, los proyectos y el progreso. Comparto el júbilo de la mayoría de los norteamericanos que han votado masivamente en unos porcentajes que no se recordaban desde los años de Jimmy Carter. Espero que no tengamos que arrepentirnos de este gran cambio que la política del país más poderosos del planeta está a punto de experimentar.

Una página de la historia acaba de inaugurarse en la Casa Blanca. Después de dos años de intensiva campaña, Barack Obama ha sido elegido con mayoría, el 44º presidente de los EEUU. Ha ganado su apuesta de cambio. Se ha convertido en el primer presidente negro, ganando con amplia mayoría, a su contrincante en la carrera hacia la presidencia, a McCain. Este es el epílogo increíble de una saga política que había arrancado en febrero de 2007, cuando el joven (tiene 47 años) senador Obama, por aquel entonces gran desconocido del gran público, se lanzaba a la carrera presidencial.

En una campaña que ha reinventado las reglas de la política, primero contra Hillary Clinton, y luego en solitario, los electores han dado la oportunidad al cambio. Ocho años de "bushismo" han bastado, gracias a Dios. Su oponente, demasiado ligado a los años Bush, no tenía muchas posibilidades. Obama no lo va a tener nada fácil. Hereda un país en con una economía más que frágil, con asuntos pendientes tan espinosos como Guantánamo, unas tropas numerosas en dos países en guerra (Irak y Afganistan) que propició Bush. Si es medianamente inteligente, deberíamos escucharle pedir perdón a los huérfanos, las viudas, los mutilados de las guerras... Un simple perdón a los EEUU por culpa de las armas de destrucción masivas que nunca existieron. Lo dicho, el reto va a ser duro: no decepcionar.

Esta mañana, el mundo parece mejor, o al menos es lo que queremos creer. Oyéndole hablar, uno cree que ha ejercido toda su vida de presidente. Habla con una lucidez extrema, y más le vale que así sea porque la faena que le espera es de campeonato. Mantengamos los pies en el suelo y una vez pasada la resaca de la victoria, no hagamos de este joven prometedor y rompedor un dios que de la noche a la mañana podrá resolver los problemas de EEUU. Ocho años de la presidencia han precipitado al país en la peor de sus crisis sociales y económicas que jamás haya conocido. Por otra parte, el presidente saliente, en materia de política exterior y su administración se han metido en dos guerras de las cuales no se vislumbra final, y además han seguido ignorando el conflicto isrealí, mal que le pese a la señorita Rice. Y ya hemos visto las consecuencias de tan nefasta gestión con la última guerra del Líbano. Y ya no hablemos de las relaciones con China y Rusia que no pasan precisamente por sus mejores momentos. Precisamente Europa espera una gran concertación, y menos unilateralismo, ya que la imagen de Obama ha sido la de un hombre abierto al diálogo durante su campaña. Ya es un plus. Esperamos que ese diálogo y esa apertura redunde en una nueva era en política internacional. Habría que pensar que EEUU ha elegido a un presidente tan idealista como pragmático. Esta elección ofrece una lección para meditar y un ejemplo a seguir. Yes, we can (o en términos americones: Just do it). Obama no es Gandhi y supongo que hará todo cuanto esté en su mano para mantener la supremacía de su país.

Entramos en la era de acuario y he aquí un excelente ejemplo de los numerosos cambios que nos esperan. Un nuevo capítulo acaba de empezar a escribirse. Espero que los integristas religiosos, los racistas y los homófobos norteamericanos hayan pasado una noche nefasta. Ah! Y espero profundamente que nunca más se escuche hablar de la Palin.

Estaba recordando en estos momentos la película de Spencer Tracy y Katharine Hepburn "Adivina quien viene esta noche"... De momento, la intolerancia ha recibido una sonora bofetada en los morros. Pues sí, la inteligencia y la competencia tiene más de un color. Y sobre todo ese número escandalosamente alto de personas que le han votado. Muchos de ellos de origen africano. Ánimo, Obama, arremángate, que tienes faena pa' rato.

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