miércoles, 6 de agosto de 2008

Sería yo una buena heroína de pelis románticas?

Unos golpes bastante fuertes me sacan súbitamente de mi sueño. Maldita sea! Ni siquiera en agosto descansan los albañiles de la obra de al lado? Esto va a ser que se han enterado de que estoy de vacaciones y de esta guisa se empeñan en mostrarme su envidia cochina dando mamporrazos a troche y moche a un metro escaso de mi cabeza... Jesús, qué cruz! Son algo más de las siete y media. Re-maldita sea!
Bueno, tomémosle por su lado positivo: así tengo más de tiempo para hacer las mil y una cosas que que me toca hoy y que he ido aplazando por una razón u otra, esperando un día de asueto, que bien puede ser perfectamente hoy. Me levanto trabajosamente de la cama. He dormido bien, pero tampoco me habría importado hacerlo un par de horitas más. Me dirijo al baño. Sin mirarme siquiera al espejo, me siento mecánicamente en el water, con los ojos todavía cerrados. Y eso que he encendido la luz! Es lo que tiene levantarse sola. Que tiene algunos inconvenientes (haber dormido sola) pero muchas, muchas ventajas. No tengo que aparecer como esas heroínas de películas y telenovelas románticas encantadoras, bien maquilladas, perfectamente compuestas. Y de pronto, abro los ojos y me miro fijamente en el espejo que me devuelve una imagen desastrosa de mí misma. Tengo todavía una pizca de baba en la comisura de los labios, una legaña en el ojo izquierdo y una cresta de pelos revueltos, cual indio sioux. Ni pizca de glamour, ni por asomo.
Dios! Cómo lo hacen ellas? Acaso en la panoplia de heroína, aparte del chulazo musculoso te entra también en el lote el maquillador que te va retocando en cada una de las escenas de la noche de amor tórrido? Debe ser eso, porque yo, por la mañana, y sobre todo recién levantada, tengo una de esas pintas... que mejor que no haya ningún espectador. Y sobre todo, no me iría a la cama sin desmaquillar, ni loca...

Mientras vuelvo a la habitación, abro la ventana y estiro las sábanas, me viene a la mente otra de esas escenas clásicas, en la cual la heroína, se levanta de la cama con la sábana enrollada alrededor del cuerpo, para no dejar ver su desnudez y se dirige al baño. Vaya gilipollez supina. Si has hecho despliegue de carne durante toda la noche con el chulazo, y viceversa, qué sentido tiene que te lleves la sábana al baño? Un simple albornoz solucionaría el tema, y no dejaría el adonis a merced de los corrientes de aire que pueden llevarle fácilmente a uno de esos resfriados tracioneros. Bueno, en mi caso, como tengo edredón en invierno sería un poco más difícil porque el bulto sería de idem, así que ni me lo plantearía. Si me voy al baño llevándome el edredón, el chico aullaría amargamente, el pobre...

Y volviendo sobre la torrida noche entre dos amantes, recuerdo que en más de una escena ambos dos se retuercen de pasión, comiéndose a besos, pero... la chica ni se quita el sujetador...Entre esto y lo de la sábana, lo mismo la próxima moda consiste en ponerse una combinación de astronauta...

Seguiré otro día. Me toca poner la lavadora y darle una pasada de limpieza a la cocina. Oye, y... las heroínas limpian sus apartamentos? O tienen quien se lo haga? Bueno, si tienen maquillador a domicilio, es muy probable que tengan chacha.

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