sábado, 25 de octubre de 2008

Las tetas de Penélope

El cineclub Odeón proyectó anoche, dentro de las películas que hay programadas en el presente trimestre, la última de Isabel Coixet.

En un post anterior, y precisamente hablando de cine, me refería a esta directora como una de mis favoritas (Cosas que nunca te dije, A los que aman, La vida secreta de las palabras, Mi vida sin mí....) ya que viendo estas películas he vibrado, me he emocionado, ha tocado mi fibra sensible, estética e intelectualmente. Y con ese espíritu me fui anoche al cine. El cómo salí de la sala ya es harina de otro costal.

Si uno quisiera simplificar mucho la historia del cine español de los últimos quince años, tendría que hacer referencia obligatoria a las tetas de Penélope, ya que cada una de sus interpretaciones ha venido "adornada" con estas glándulas de su cuerpo. Empezando por Jamón, jamón, en la cual el Bardem se las merendaba literalmente (con su sabor a tortilla de patatas). Por cierto que no sé si es casualidad, pero éste último también ha lucido palmito de Adán en sus últimas interpretaciones. Volviendo a Pé, ya en La niña de tus ojos se pudo contemplar sus pechos, en Abre los Ojos de Amenábar, amén de una incursión en el cine italiano de la mano de Sergio Castellitto. Y en la película de anoche volvió a hacer de las suyas.

Personalmente, confieso que esta actriz no cuenta demasiado con mis simpatías. De hecho, me niego a ver la última de Allen precisamente por este motivo. Y también es cierto que iba con algunas reservas a verla en esta nueva incursión cinematográfica.

Bueno, a lo que iba, a sus pechos. Pues resulta que la protagonista absoluta de la película no es Penélope Cruz, ni Ben Kingsley, ni los excelentes secundarios que les roban pantalla a estos dos. Los protagonistas son las tetas de Pe. Vale que la Coixet afirme que a pesar de las feministas, los pechos son el colmo de la feminidad. Vale incluso que en cualquier cultura los pechos sean el símbolo absoluto de la mujer. Pero hacer de ellos el tema principal de una película que para más inri está basada en una novela (un best-seller de Philip Roth, para más señas) me parece cuanto menos excesivo. Y aburrido. Porque a lo largo del metraje me sorprendí a mí misma consultando varias veces el reloj, bostezando, mirando hacía otros rincones de la sala o comentando cosas ajenas a la película a mi vecina de butaca. Porque, no nos engañemos, la historia del profesor maduro que tiene un rollete con una alumna es un tema mil veces tratado en el cine. El papel del susodicho es un cúmulo de estereotipos (intelectual resabidillo, cínico, de vuelta de todo, indeciso, promiscuo y sobre todo inmaduro) y nada que añadir a los de la protagonista estudiantil que resulta a todas luces sosa, incluso a ratos sobreactuada, y aburrida hasta decir basta. Quizás una de las posibles explicaciones sea la de que el autor de la novela sea un intelectualoide de tres al cuarto obsesionado con el sexo y las relaciones con el sexo opuesto. Puede ser. Aunque la película pretende ser una reflexión sobre los sentimientos y el miedo al compromiso, el resultado final dista mucho de alcanzarla. Me temo que es un ejercicio de vacuidad en toda regla. Para acabar de rematar el fiasco coixetero cabe añadir la músisa ad-hoc, que resulta a ratos pedante y a ratos literalmente sobrante. Y no hablemos ya de detalles que pondría al borde del infarto a cualquier amante de la literatura como las menciones a Barthes y a Camus, banalizando hasta la naúsea la esencia misma de la escritura. Mención aparte merece lo del supuesto parecido de Pé con la Maja de Goya y las cursis escenitas playeras entre los amantes. En este estadio de la película, estuve al borde del vómito. Menos mal que finalmente la historia acaba como se esperaba y cuando se encendieron las luces de la sala a la par que los títulos de crédito final, solté un suspiro de alivio que temblaron las paredes...

Balance: una elegía maniquea sobre la (supuesta) sencillez y pureza del alma femenina pero que resulta tan vacía que sólo destacan los pechos de la Pé. ¡Qué decepción la última película de la Coixet!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bien escribes!!
Me encanta tu estilo. Gracias por escribir.
Un saludo.

Milmariposas... volando dijo...

Muchas gracias!

Espero que te siga interesando por mucho tiempo!

Saludos

Anónimo dijo...

Estoy en total acuerdo contigo. Ultimamente cada vez me cuesta más trabajo ir a ver una película española y ésta me lo confirma.
Es una pena que se gasten tanto dinero en hacer peliculas en españa con tan poca calidad.Me refiero tanto a los actores, cómo a los guionistas.
Un beso, milmariposas.