martes, 7 de octubre de 2008

Más divagaciones sobre la crisis


No sé por qué, todo esto de la crisis me trae a la memoria el fotograma de aquella famosa película de Chaplin, comiéndose una suela de zapato...

Y es que la crisis financiera interesa a todo el mundo, de todos los países, no se habla de otra cosa: crisis, bolsa, bancos, ahorros a salvo, medidas urgentes, reuniones a alto nivel de presidentes de gobiernos... Las elecciones norteamericanas han pasado a un segundo plano (a menos de un mes de las elecciones presidenciales). No hay noticias sobre Irak o Afganistán, lo que demuestra que es el dinero , el vil metal el que domina el mundo. A ver si las cabezas pensantes de este planeta encuentran pronto una solución a corto plazo a este "embolao" y ponen un poco de orden. Pero si hace ya rato que el dinero había perdido su valor, qué coño estaba haciendo la gente (sobre todo los banqueros) esperando a que les llovieran milagros del cielo? Banqueros del mundo, poned ya los pies en el suelo, de una puñetera vez!

Si en alguno de mis anteriores trabajos para la empresa privada hubiera cometido una milésima de los desaguisados que han "bordado" los políticos y los banqueros, me habrían mandado a la p*** calle en menos que canta un gallo. A la calle, sin paracaídas de oro, sin indemnización y sin puesto político de colchón. La gente de a pie ya está más que harta de los financieros y dirigentes del "mundoliberal" que hablan siempre en términos de inversión en sus apuestas de juego gilipollas y aleatorio llamado "bolsa". Decía en términos de inversión, de los únicos empleos dignos a sus ojos, aquellos de señores encorbatados, con unas paredes de despacho tapizadas con diplomas de insignes universidades "americonas" de una pseudo-ciencia llamada "economía", que tiene de ciencia lo que la astrología. Las previsiones que se desprenden de la observación de los hechos económicos son tan serias como predecir el tiempo que hará chupándose el índice y levantándolo al viento. Cómo se le van a pedir explicaciones a aquellos que no ven más allá de sus dow jones, nikkei, ibex, cac 40... ¡Dios, cuánta ineptitud! ¿Es que no han visto venir esta crisis, que ahora se nos viene encima? ¿Sus bolas de cristal se han quedado sin pilas? Pues me temo que ellos serán los próximos que vayan a fichar al INEM o a la cola de Cáritas para el rancho del mediodía. A ver si encuentran trabajo de reponedores en el supermercado de la esquina.

Dejemos morir el sistema capitalista que ha vivida ya una larga vida, ha generado dos guerras mundiales, multitud de guerras coloniales, la esclavitud, y cientos de miles de muertos en los últimos dos siglos... Vamos, para morirte con la sensación del deber cumplido... Se ha condenado una y otra vez este sistema capitalista y cada vez ha sobrevivido a costa de contrarrevoluciones, ocupaciones, asesinatos, golpes de estado, dictaduras... y ahora se empeñan en mantenerlo a toda costa en vida, como cuando el tío Paco agonizaba merced a tratamientos brutales para mantenerlo artificialmente en vida.

Napoléon Bonaparte decía: "Cuando un gobierno depende de los banqueros por el dinero, son estos últimos y no los dirigentes los que controlan la situación ya que la mano que da está encima de la mano que recibe". El dinero no tiene patria; los banqueros no tienen patriotismo ni decencia. Su único objetivo es ganar más y más. Dejaron simple y llanamente de dedicarse a su honroso (?) trabajo para pasar a dirigir un casino. Y ahora se les está viendo con el culo al aire. Este terremoto mundial nos volverá a traer tiempos que existían hace cincuenta años y que pensábamos periclitados. Hace ya mucho tiempo que los bancos ya no ayudan a las empresas en sus inversiones. Los accionistas sólo buscan el beneficio a corto plazo, exigiendo a los gobiernos un crecimiento de muchos ceros que dificilmente se obtiene de otra forma que reestructurando de manera brutal, eliminando empleos. Así de claro.
Los mercenarios del siglo XXI visten de Armani y lucen unos pelucos de oro macizo en sus muñecas.

En mi caso, no he modificado en nada mis costumbres, sigo gastando en lo mismo que hace diez años. Sigo sin tener hipoteca (que esa es otra de las consecuencias de este sodoma y gomorra de la economía mundial). Personalmente, ya vivo con poco, así que se derrumbe o no, me importa unos cuantos kilos de pimientos de padrón. No me dan pena en absoluto. Que lloren ellos...

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